Un Aroma que huele a Euskadi

Con los preciados Retoños del Árbol de Gernika

Los Aromas te recuerdan unas veces a personas, otras a lugares en los que viviste experiencias diversas, en ocasiones son nuevos para ti, pero lo cierto es que nunca te dejan indiferente.

Te gustan con un sí rotundo e igualmente los descartas porque no te impactan, no te llegan y/o no te agradan.

Historia: Alfredo Pereiro Rekakoetxea en el 2013, tras varios años de estudio del Árbol de Gernika y sus retoños repartidos por toda la geografía de Euskal Herria, comienza entonces a comercializarlos, esto le apasiona porque es un Símbolo para el País de los Vascos.

Recoge varias bellotas acompañado de un notario que registra la autenticidad de las semillas, está lleno de ilusión y quiere hacer las cosas bien desde el principio, con calidad y respeto a algo tan importante.

Al ver que venían solicitudes de países lejanos, Argentina, Chile, Perú, esos lugares donde se encuentran viviendo muchos de la Diáspora Vasca. Ocurre que allá la legislación no permite importar plantas del extranjero.

 

 

Barajó, entonces, varias ideas, no se quería dar por vencido, una le pareció la más bonita de todas, conseguir meter en un frasquito ese Aroma a Roble, aquel que querrían tener los Vascos del Mundo, así por fin poder evocar Recuerdos y Emociones.

Fue justo ahí donde surgió la idea de poder enviarles la Esencia desde acá, envasada con mimo. Así podrían recibir sin problemas ese singular Aroma. Surge la búsqueda de quién haría esa Fragancia que oliera a Euskadi.

Alfredo eligió el profesional más idóneo para este cometido, para que la creara, y ese fue Jimmy Boyd, que encantado se ocupó inmediatamente de este hermoso Reto.

 

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